Una reflexión
Aunque no nos demos cuenta, viajamos por el espacio
interestelar en nuestra nave Tierra. Ningún astronauta
en su sano juicio llenaría de basura su nave espacial,
pero la nuestra cada vez hace agua por más sitios: agotamiento
de recursos, contaminación, guerras, falta de agua, pobreza…
Nuestra sociedad es la sociedad de la “Tecnología
basura”, tecnología de usar y tirar, teléfonos
móviles, ordenadores, sistemas de reproducción
y almacenamiento de información…; antes de que
hayamos asimilado una tecnología, ya tenemos otra nueva
que la sustituye, estamos en una espiral de innovación
tecnológica y consumo desenfrenado. Mientras esto ocurre
en los países ricos, como el nuestro, hay muchos millones
de personas en el mundo que no saben lo que es un ordenador,
que no han oído hablar de Internet, y en muchos casos
ni siquiera disponen de los recursos mínimos para sobrevivir.
No podemos demorar por más tiempo la toma de medidas
globales, para que todos los tripulantes de esta nave puedan
vivir dignamente y evitar que la Tierra termine convertida en
basura espacial.
El proyecto
Muchos de los aparatos que van a la basura funcionan
perfectamente, y los que no funcionan tienen muchos de sus componentes
en buen estado. En nuestro proyecto reutilizamos aparatos electrónicos
aplicándolos a otros usos distintos de aquéllos
para los que fueron diseñados: teléfonos móviles,
impresoras, ratones de ordenador, lectores de CD´s, etc,
aprovechando tanto su estructura como sus mecanismos y motores,
que generalmente son de mejor calidad y tienen más fiabilidad
que los que se venden como material escolar.
A partir de la basura electrónica diseñamos y
construimos nuevos artefactos: ratones de ordenador con nuevas
funciones, ascensores, persianas automáticas, generadores
eléctricos y robots.